

Hace unos días circulaba en redes sociales una imagen con un mapa de México, en donde se podía observar las manchas de luz que proyectaba cada ciudad y zona metropolitana del país. Causaba gracia que el Estado de Durango era de los que menos manchas de luz arrojaba, es claro que es uno de los estados con menor densidad urbana, y es que no sólo las cuestiones sociales y económicas de Durango influyen en esto, también la geografía que compleja que abarca el territorio, pues cruza el semi desierto, los valles, la sierra y zonas tropicales.
Para entender la complejidad del terreno duranguense basta con ahondar en los proyectos de comunicación que se han emprendido como la autopista Durango – Mazatlán. O vías que nunca lograron construirse como la línea férrea de Tepehuanes a Guanaceví, o el tren de Durango a Mazatlán. Así mismo, carreteras como Los Herrera – Culiacán que lleva casi 50 años en construcción y que atraviesa la sierra y las quebradas del noroeste de Durango.
Volviendo al tema de las pocas zonas iluminadas en el Estado, es posible verlo por el lado amable, y es que sin ir demasiado lejos es posible para los duranguenses ver un cielo estrellado en plenitud. Y aunque no parezca algo tan relevante, la contaminación lumínica es un tema que se discute en las grandes ciudades del mundo, ¿sabías que hasta un tercio de la población mundial no puede ver la Vía Láctea? Los duranguenses que habitan en pequeños poblados aún tienen la ventaja de mirar cielos llenos de estrellas.


