Enmielados

Sí has estado en Santiago Papasquiaro a finales del otoño o durante el invierno, habrás visto por la calle vendedores de enmielados. Un típico postre de invierno que consiste en tejocotes, muchas veces traídos del arroyo del Tagarete, bañados en dulce de piloncillo, encajados finalmente en una vara. El sabor de la fruta contrasta con el dulce de la miel, si los ves por la calle no pierdas la oportunidad de probar este postre duranguense.

Al recorrer la ribera del arroyo El Tagarete durante los últimos meses del año, habrás notado que hay un gran número de manzanillos, que son los árboles donde se da el tejocote. Su nombre proviene del náhuatl texócotl, que significa “fruto duro de sabor agrio”. Se utiliza en bebidas, conservas o licores. Este árbol originario de México crece mejor en climas templados y de poca humedad.

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